Los laicos y la misión de Dios: Parte II – Recuperando el Sacerdocio de Todos los Creyentes

25.11.2012 17:10

 

Seguimos con la serie sobre los laicos y la misión de Dios. En la primera iglesia que planté hicimos algo raro, es que estábamos viendo la forma de comunicar algo importante. En el Boletín del programa del domingo, en donde normalmente se colocaba el nombre de la Iglesia, el número de teléfono, y la referencia obligatoria "Pastor xxx xxx", justo en ese lugar encontrará un listado en donde figuran todos. Yo estaba listado como el pastor pero también habíamos incluido a los recepcionistas, al coordinador del ministerio de los niños y a una serie de otros ministros – es que todo el pueblo de Dios son ministros. Lo que aprendí fue que era una buena idea, pero que a la vez era mucho más que un anuncio.

Cada iglesia debe tener una estrategia y un proceso para preparar a las personas para la misión. Así, de esta forma la iglesia crea un ambiente donde las personas están siendo empoderadas y capacitadas para la misión. Aun así, hay muchas iglesias donde esto es el mayor desafío, y en este punto cabe reconocer que hay muchos factores trabajando EN CONTRA de involucrar a todo el pueblo de Dios en la misión.

Hay un rol para el liderazgo, pero no podemos perder de vista la realidad que en la mayoría de las iglesias, hay muchos más espectadores pasivos que participantes activos en la misión de Dios.

La pregunta es: ¿por qué?

Bueno, hay muchas razones, pero una es esta: los pastores y los asistentes lo quieren de esta manera. Ellos pueden lamentar la pasividad, pero a su vez la empoderan personalmente.

Permítanme comenzar con los asistentes.

Los antropólogos nos dicen que la "religión" es una realidad cultural universal. Cada cultura crea una religión. Nos encontramos con la religión en todo el mundo, en todas las culturas.

Las religiones que las culturas crean tienen por lo menos dos características similares:

·         Las personas crean rituales religiosos para solemnizar su devoción hasta el punto de hacer un espectáculo del culto de adoración.

·         Las personas crean una jerarquía religiosa para externar sus obligaciones religiosas, y actúan esperando que todo lo haga la élite religiosa profesional, para eso se les paga dice el pueblo.

Por tanto, el modo default de la cultura y la gente es hacia el espectáculo y la jerarquía, en lugar de la devoción y del compromiso con el ministerio.

(Nota: Y aquí no me estoy dirigiendo a la liturgia, sino al sobre énfasis que se le da al programa de adoración como si fuera un show artístico – en donde los rituales reemplazan la relación)

El cristianismo no es otra religión creada, sino que lo que anotamos en párrafo anterior es el hecho de que cada religión creada tiene esas características en común. En otras palabras, las características anotadas líneas arriba son más poderosas de lo que parecen, y la verdad es que, esto se da en todas partes. Pero, el cristianismo es tan radicalmente diferente - o al menos eso se supone.

Sin embargo, es importante reconocer el tipo de gente y los conceptos de la cultura, que toman distancia de la idea de que todo el pueblo de Dios son sacerdotes (1 Pedro 2:9) y son ministros (1 Pedro 4:10). Piensan, no queremos un sacerdocio y un ministerio de todos los creyentes. En cambio, si queremos que algunas personas vayan a Dios por nosotros y que los líderes hagan el ministerio por nosotros - éste es el estado por default del corazón. Esta es la religión que parece que anhelamos – pero, esto no es cristianismo, al menos no cristianismo bíblico.

Por tanto, mi punto es este. Para tratar con el problema se tiene que luchar contra las causas. El liderazgo bíblico (y, como veremos más adelante, las áreas de la iglesia) es puesto en marcha por Dios con el propósito de "preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo" (Ef. 4: 12). Pero, con demasiada frecuencia ellos  (nosotros) están perpetuando el sistema que lamentan.

Lo que nos lleva a abordar las razones por la que los pastores a menudo incapacitan a los sacerdotes.

Muchos líderes pastorales disfrutan (y toman su identidad de) hacer la obra ministerial, más que entrenar y equipar a todo el pueblo de Dios para que hagan esa obra ministerial – esto perjudica a los pastores y al pueblo. Algunos pastores están preocupados por su empleo y se preguntan: "Si los entreno para el ministerio entonces ¿para qué me podrían necesitar?". Otros están preocupados por su identidad y se preguntan, "¿para qué me necesitan en el ministerio si ellos ya lo hacen?"

Este es un tema complicado y, para ser honesto, muchos de los comentaristas sobre el anterior  artículo posteado parecía molesto debido a los pastores. Por tanto, para que no vaya ser malentendido, permítanme ser claro: Aprecio a los pastores. Pero, los aprecio lo suficiente como para decirles: "Usted está para equipar al pueblo de Dios para el ministerio, no sea  el tendero de la tienda religiosa que provee rituales religiosos para un espectáculo religioso dirigido por una jerarquía religiosa que subcontrata las obligaciones religiosas de la gente."

Esto requiere algunos cambios en nuestra forma de hacer ministerio.

Más de esto en el 3er artículo de la presente serie...

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Traducción y adaptación: Tentmakers Discipling Nations - TDN

Autor: Ed Stetzer

https://www.edstetzer.com/2012/08/laypeople-and-the-mission-of-g-1.html