Enfocándonos en Nuestra Misión: ¡Ir y Hacer Discípulos!

10.10.2010 17:45

        Jesús no nos ha mandado a hacer prosélitos, sino discípulos. Él no necesita admiradores o votos. Él quiere que los seguidores estén realmente comprometidos con él. Esto cambia totalmente la forma en que evaluamos la iglesia. Imagínese usted a Jesús hablando con un pastor de “éxito” sobre lo que esta “sucediendo” en su iglesia: (Ver Mt. 28:18-20 NVI)

Jesús: "¿Qué esta haciendo su iglesia?"

Pastor: "¡Oh, estamos muy emocionados! Tenemos 2,000 personas que asisten a los cultos y la asistencia al templo ¡sigue creciendo más! Y el año pasado, ¡más de 100 personas vinieron a los pies de Cristo!"

Jesús: "Esto es maravilloso. Pero dígame, ¿cuántos son los discípulos que obedecen lo que les he ordenado?"

Pastor: "Bueno, nosotros proveemos muchas oportunidades para el discipulado - clases de escuela dominical, grupos de recuperación, grupos de apoyo, eventos especiales de capacitación..."
Jesús: "Sí, todo esto es bueno. Pero ¿cuántos discípulos tienes que obedecen los mandamientos que les he dado?"

Pastor: "Nosotros ofrecemos clases de discipulado para todas las personas interesadas. Con los años, cientos de personas han asistido. Nuestros jóvenes están muy involucrados. Además, en los últimos cinco años, cientos de miembros han realizado viajes misioneros"

Jesús: "Me alegro de escuchar todo esto. Pero, ¿cuántos discípulos tienes que obedecen todo lo que yo les he mandado?"

        Cristo cuenta las personas de manera diferente. No nos ha llamado a convertir a la gente, para  después discipularla o darle seguimiento. Nos ha llamado a una sola tarea: ¡hacer discípulos! Espera que los que vienen a él le sigan en creciente obediencia y asume que ellos son cambiados sobrenaturalmente por el Espíritu Santo.

        Tal vez una razón por la que muchos muestran poco deseo de seguir a Cristo es que nunca han nacido de nuevo. Nunca escucharon una comprensión exacta del mensaje. Respondieron a lo que escucharon, pero nunca entendieron que lo que se trata es de ponerse bajo el Señorío de Jesús, que venir a él significa rendirse a él, y que lo que él les ofrece es perdón por la rebelión y poder sobrenatural para seguirle como Señor.

        El hacer discípulos empieza explicando bien las buenas nuevas, invitando a la persona a rendirse y recibir el increíble perdón y poder de Cristo y reiniciar una vida siguiéndole a Él. En los evangelios, "arrepentirse" y "creer", son los requisitos importantes para venir a Cristo. Son las dos caras de una misma moneda. Venir a Cristo es el gran cambio, del autogobierno a gustosamente rendirse ante él y recibirlo como Señor (arrepentimiento), y también recibirlo como Salvador de su juicio y de la esclavitud del pecado (creer). El hacer este mensaje claro que guíe a la entrega, al nuevo nacimiento, y a la obediencia a Cristo – es el primer paso para convertirse en un discípulo.
        ¿Qué queremos enseñar a los discípulos? A obedecer todo lo que Jesús mandó. Esto cubre todos los aspectos de la vida – amor a Dios, matrimonio, sexo, dinero, estatus, poder, oración, perdón, ayuno, pruebas, persecución, trabajo, enemigos, y el resto. Y Jesús nos llama a la íntima obediencia, a la transformación de nuestro pensamiento tanto como de nuestras acciones. El Sermón del Monte es la más concentrada e intensiva exposición de la enseñanza de Jesús y un gran punto de partida para el discipulado. Esto es en lo que la Iglesia primitiva se enfocó. También, puesto que Cristo íntegramente practicó todo lo que enseñó, nosotros simplemente tenemos que copiarlo.
        ¿Cómo discipulamos en semejanza y obediencia a Cristo? No podemos organizarlo a través de programas. No podemos hacerlo por la simple predicación. El "discipulado" mediante la enseñanza en clases sólo entrena a la persona para dar clases. Nosotros solamente podemos transferirlo viviéndolo para inspirar a otros a imitarlo. Pablo dijo: "Sed imitadores de mí, como yo lo soy de Cristo." (1 Co. 11:01) Esto lo afirmó una y otra vez - 1 Co. 4:16, 1 Tes. 1:6, 2 Tes. 3:6-10, Hch. 20:33-35, Fil. 3:17, 1 Tim. 4:12, Tit. 2:7. ¿Por qué? Porque, como dice George Patterson, "Las personas son como los monos." Siempre están imitando a alguien - madre, padre, amigo, héroe, ídolo, etc.

        La gente copia lo que otros hacen, no simplemente lo que dicen. Cuando enseñamos pero no practicamos, la gente ve lo que nosotros realmente pensamos y hacemos y copia eso. Realmente la gente no puede entender o creer lo que nosotros decimos si la gente nunca lo ha visto funcionar. Pablo sabía que esta era la forma de actuar de la gente, por lo que vivió la verdad e instó a los cristianos a imitarlo. La piedad es mejor practicada que enseñada.

        Cuando empecé a trabajar en la Universidad Johns Hopkins - UJH, los cristianos no podía creer dos cosas: 1) que podían buscar primero el reino de Dios y a la vez ser buenos estudiantes, y 2) que Dios podía guiar a los estudiantes hacia Él en ese campo académico duro y secular. Pero todos ellos estaban de acuerdo en que Dios los había llamado a esto y que ellos deberían empezar a dar pequeños pasos de obediencia. Poco a poco comenzaron a darse un tiempo para la oración y el estudio bíblico personal, para el discipulado en grupo, para orar juntos, para relacionarse con los no creyentes. Yo modelé estas cosas en mi propia vida, aunque imperfectamente. Ellos empezaron a dar pequeños pasos para orar por los amigos, para hablar con ellos acerca de Jesús, para ver cómo Dios iba a obrar, y para guiar al buscador de estudios de la Biblia.

        Gradualmente, ellos empezaron a poner en primer lugar los intereses de Dios y descubrieron que aún así Él les permitía ser buenos estudiantes. De hecho, se convirtieron en mejores estudiantes. También, vieron a algunos amigos llegar a Cristo y empezar a seguirle. Habían pensado que todo esto era imposible, pero dieron pequeños pasos de fe en lo imposible y encontraron que Dios obró. En un par de años, estos estudiantes vieron como "normal" el poner a Dios primero y hacer lo que tenían que hacer como estudiantes, para ser usados por Dios para guiar a otros a Jesús.

        Pero fue mucho más fácil para la siguiente generación de estudiantes que se unieron al grupo. También ellos no creían que podía ponerse el reino de Dios en primer lugar y que Dios potenciaría sus estudios, ni creían que Dios podía salvar estudiantes de la UJH. Pero vieron esto en acción y muy pronto se dieron cuenta que era posible. Crecieron mucho más rápido y fácilmente, ya que podían ver y copiar a  aquellos que los habían antecedido.


Pasos para hacer discípulos:

1. Internalización - No podemos enseñar lo que no sabemos ni podemos transferirlo a los demás. Internalice en su vida la mente y los mandamientos de Cristo, para que pueda mostrar y enseñar a otros el camino. (Internalización: El proceso por el que un valor va integrándose progresiva y definitivamente en la vida del individuo).

2. Encarnación - Demuestre en su vida, el pensamiento y las palabras de cómo seguir a Cristo tal que las personas puedan ver e imitar, y sean inspiradas ha hacerlo.

3. Afiliación - Invitar a las personas receptivas a un grupo pequeño para que se acompañen a seguir a Jesús. Jesús llamó a los doce para estar con él. Pablo se enfocó en los líderes de la iglesia y en sus compañeros de trabajo. De tal manera que se reúnen los enseñables para crecer, amar y seguir juntos a Cristo.

4. Impartición – Viértase a sí mismo en su grupo pequeño como lo hizo Jesús enseñando, entrenando, amando, viviendo la vida, y sirviendo juntos incluyendo el hacer discípulos. Guíelos en el estudio de la Biblia para conocer la mente y los mandamientos de Cristo, y en hacer lo que has aprendido de Cristo. Conscientemente estudie y obedézcale en todos los aspectos de la vida como lo citamos anteriormente. No se limite a solamente estudio académico.

5. Delegación – Preparar, entrenar y mentorar al grupo en compartir su fe, en guiar al buscador de estudios de la Biblia, en discipular a los que responden, y en crear y construir comunidades prevalecientes de seguidores o iglesias de Cristo. Lo mencionado no significa iglesias complejas, institucionales con edificios, boletines, bandas de culto, sermones formales, etc., sino reuniones  sencillas de personas siguiendo juntas a Cristo y haciendo discípulos.

        Las personas desarrollarán sus dones e ideas en determinados aspectos de la vida más que usted u otros. Afirmarles y empoderarles para ayudar a la iglesia a crecer y obedecer en estas áreas.

        En resumen, el hacer discípulos significa encarnar la obediencia y la semejanza de Cristo - en todos los aspectos de la vida e inculcando esto en la gente enseñable por amor a ellos y uniéndoles para seguir y servir a Cristo juntos basados en las Escrituras. Hay muchas implicaciones en las que pensar, así que hay que mantenerse pensando y aprendiendo.

 

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Autor: David English, Octubre 2010

Traducción y adaptación: Eduardo Núñez Marcos, Noviembre 2010