Discipulado: Sencillo y Eficaz - Lucas 10:1-9

10.10.2010 17:54

        Todos nosotros sabemos que nuestro Dios quiere salvar a todos los pueblos del mundo (2Ped.3:9, 1Tim.2:3-4). Si esto es así, podemos asumir que Su estrategia de la misión para ganar al mundo y discipular a las naciones no debe ser complicada ni compleja, sino todo lo contrario debe ser sencilla. Debe ser tan simple que las buenas noticias puedan propagarse y multiplicarse rápidamente a través de gente común, incluso sin necesidad de mucho entrenamiento.

        Esto se confirma en el Nuevo Testamento (NT) en las estrategias de la misión de Jesucristo y en los primeros cristianos, sobre todo en Pablo, el Apóstol a los gentiles (todos los no-judíos). Jesucristo entrenó a 12 discípulos y en los siguientes 40 años habían evangelizado al este hasta la India (Tomás), al norte hasta Moscú (Andrés), por el sur hasta Etiopía (Mateo), así como Pablo y su equipo apostólico (incluyendo Priscila y Aquila, Timoteo, Tito, Epafras, etc.) habían cubierto en ocho años, el Imperio Romano "desde Jerusalén hasta Ilírico "(Rom. 15:18-20, cf. Hech.19:1-10).

        ¿Cómo lo hicieron? ¿Cuál fue esta sencilla y sin embargo eficaz estrategia de la misión? Veamos cómo Jesús preparó a los discípulos para hacerlo, en Lucas 10:1-9. Él los entrenó para "discipular" y alcanzar a los galileos. Veamos también, cómo después de su resurrección, comisionó a sus discípulos a hacer lo mismo en todos los pueblos: "Id y haced discípulos en todas las naciones..." (Mt.28 :18-20).

        En Lucas 10, los "otros 72" (sin incluir al grupo original de los 12) fueron entrenados para realizar un ministerio pionero: “por donde él iba a pasar” (v. 1). Les dijo que la cosecha era abundante (v.2) o la cosecha está madura (Jn.4:35; cf. 2Cor.6:2), y de hecho ellos regresaron contentos, "Misión exitosa" (v.17). Echaron fuera demonios, aun cuando ¡ellos no habían sido capacitados o entrenados para hacerlo! Y también se les dijo que era una misión peligrosa, y que eran enviados ¡"como corderos en medio de lobos"! (v.3)

        Sin embargo, ellos fueron capaces y eficaces al hacer discípulos para Jesús, aun sin tener que volver y hacer un seguimiento. Hasta en un contexto transcultural, Jesús discipuló la ciudad de Sicar en dos días ¡sin tener que volver personalmente ni dejar comisionado a algún discípulo para hacer un seguimiento posterior! (Jn.4) Para hacer un discipulado eficaz, Jesús les dio solamente tres instrucciones principales: ¡Ir con sencillez, ir de manera estratégica e ir con actitud de servir!

        Ir con sencillez. "No lleven ni monedero ni bolsa ni sandalias" (v.4a). El discipulador solo necesita llevar sus necesidades básicas sin tener que llevar equipaje extra. Dios puede (y frecuentemente lo hace) utilizar a gente común para que discipulen en forma normal y sencilla. No hay necesidad de ser sofisticado o de "alta tecnología" (high-tech), porque normalmente todo esto complica nuestro estilo de vida. Lo que se necesita en el discipulado es “mucho trato personal” (high-touch), y lo que sucede con frecuencia es que la tecnología nos quita el tiempo que le corresponde a establecer relaciones y hacer amigos.

        Es así que actualmente cuando el hacedor de tiendas tiene que ir a discipular a lugares distantes, sólo necesita llevar su Biblia, ¡sin tener que llevar diccionarios y comentarios de la Biblia!

Hacedor de tiendas (tentmaker): Se dice del cristiano que se desempeña como emprendedor, técnico, obrero o profesional, y que a la vez participa en la misión de Dios como discipulador.

        Ir de manera estratégica. "No se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a esta casa. Si hay allí alguien digno de paz, gozará de ella... Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que ellos tengan... (vv. 4b-7).

A los discipuladores se les dijo que se enfoquen y que no se retrasen o se desvíen del plan maestro: solo encuentre una "persona de paz", y viva con ella y discipule a esa persona y por medio de ella, ¡a su familia y a sus amigos! Disfrute de su hospitalidad y comparta su "caminar con Jesús" con ella. En la cultura judía, al visitar a los judíos, el visitante es  hospedado por alguien cuya casa tiene una habitación en la planta superior - durante los dos primeros días el hospedaje es totalmente gratuito, ya a partir del tercer día el visitante debe aportar a los hospedadores para el sostenimiento de la casa – ¡el que no trabaja, no coma!

        Para tener un ingreso económico y poder aportar a las comunidades judía y gentil el apóstol Pablo y su equipo tuvieron una microempresa que fabricaba tiendas, pero de hecho esto también le servía para compartir acerca de Jesús en medio de dichas comunidades. Pablo intencionalmente tenía un modo “secular” de ganarse la vida, a fin de ser un modelo en "ética del trabajo" para sus convertidos y sus discípulos (2Tes.3:7-10). Es por eso que, históricamente, los mejores misioneros (incluyendo al "padre de las misiones modernas," William Carey) fueron ¡hacedores de tiendas!

        Ir con la actitud de servir. Cuando entren en un pueblo y los reciban, coman lo que les sirvan. Sanen a los enfermos... y díganles: ‘El reino de Dios ya está cerca de ustedes’” (vv.8-9). Los discípulos iban dispuestos a servir a la familia que les hospedaba y a toda la comunidad, con lo que Dios les había dado, es decir con sus talentos innatos, sus habilidades adquiridas y sus dones espirituales. Actualmente, nosotros podemos hacer evangelismo por amistad o evangelismo como estilo de vida o evangelismo relacional, y esto a la vez  que desarrollamos un ministerio integral (holístico). Estamos llamados a servir a las personas en sus necesidades físicas (ya sea de curación o de prevención), necesidades psicológicas (en forma particular la consejería), necesidades sociales (por ejemplo la organización de la comunidad) y necesidades espirituales (por medio de la oración y la reflexión bíblica en grupos pequeños). 

        Una vez más, tenga en cuenta que los discipuladores no tienen que estar buscando y trayendo recursos externos, que normalmente son utilizados imprudentemente, y a su vez torna al proveedor (a menudo sin darse cuenta) en un patrón-dictador, y a los destinatarios en perennes dependientes (mendigos). A menos que se haga con mucho cuidado, sabiduría y experiencia, los extranjeros y sus recursos frecuentemente ¡debilitan en vez de potenciar! De hecho, muchísimas comunidades (y aun tribus rurales) han sobrevivido y prosperado durante siglos ¡sin la ayuda externa! El hecho de que una comunidad exista nos demuestra de que cuenta con suficientes recursos locales para autosostenerse, mantenerse,  desarrollar e incluso ¡ayudar a otras comunidades!

        Con la estrategia de Jesús de hacer discípulos, hay casi un 100% de garantía de éxito porque si uno no puede encontrar una "persona de paz" en un contexto específico, el discípulador puede pasar al siguiente contexto (vv.10-15). Pero si uno encuentra un "hombre de paz", como sucederá el 95% del tiempo, deberá seguir la estrategia de Jesús tan de cerca como sea posible y esto servirá de catalizador para una expansión espontánea del Reino de Dios - ¡un movimiento que va surgiendo en la propia comunidad facilitada por un líder local que va discipulando a discipuladores de entre su propia gente!

        Por lo tanto, ¡el misionero forastero sólo necesita discipular a una "persona de paz" local! Para discipular podemos guiarnos de la siguiente secuencia: Modelar, Apoyar, Observar y Dejar (M.A.O.D.).

        El discipulador, como lo hizo Jesús en Marcos 3:13-15, sólo tiene que “Modelar” tres habilidades que deben formar parte del ADN de sus discípulos:

        (1) Reunir a un grupo pequeño (máximo de 12 personas) para compartir la vida como miembros de la familia global de Dios.

        (2) Reflexionar juntos en oración sobre lo que significa obedecer a Jesús por medio de la meditación bíblica, de ese modo enseñarse mutuamente a cómo manejar la Palabra de Dios de forma individual, en definitiva, enseñarse a cómo tener su devocional personal para experimentar a Dios "día y noche".

        (3) Acercarse a los familiares y/o amigos de los integrantes del grupo, para compartir de Jesús y Su poderosa presencia con ellos; en fin, evangelizar y discipular en amistad.

        Una vez que el discipulador se de cuenta de que su discípulo puede facilitar la oración y  compartir la Biblia con otros creyentes, que también su discípulo medita regularmente sobre la Palabra de Dios y trata de obedecer lo que ha aprendido y que puede compartir su fe con los no creyentes, entonces el discipulador puede dejar este grupo e ir a hacer discípulos en otro grupo/pueblo/contexto. El discipulador debe salir para  demostrar que su discípulo ha sido realmente empoderado (autorizado para discipular a sus propios discípulos), como Pablo enseñó: "Y las cosas que me has oído decir en la presencia de muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que también estén capacitados para enseñar a otros" (2 Tim.2: 2).

        Este es el discipulado de calidad, en contraste con la estrategia dominante del  "Iglecrecimiento" que implanta en los nuevos creyentes el ADN del "asistente (oyente) a la iglesia",  y que en el mejor de los casos los convierte en los "ministros/oficiales de la iglesia" y que en el peor de los casos los convierte en los "cristianos de domingo". La estrategia de hacer discípulos a la manera de Jesús, planea que rápidamente cada nuevo convertido aprenda a retro alimentarse por si mismo desde la Palabra de Dios (hacer teología por sí mismo), que aprenda a madurar en comunión con otros creyentes, y que aprenda a auto-reproducirse en los no creyentes. El objetivo es producir creyentes maduros que tiendan a ser como Cristo, dispuestos a amar y servir a los demás (Col.1 :28-29, Luc.14 :25-33), y que rápidamente pueda ser demostrado y probado bajo la dirección del discipulador. Se espera que cada discípulo se multiplique como cada célula de nuestro cuerpo, o como cada parte de una estrella de mar que puede convertirse en ¡otra estrella de mar!

        Sencillo, ¿verdad? Pero la mayoría de nosotros tenemos que desaprender (léase olvidar) las "tradiciones de los ancianos" de nuestras iglesia y denominaciones locales. Tenemos que volver a la sencilla estrategia de la misión de Jesús – multiplicar eficazmente cristianos de calidad por la sencilla multiplicación de los discipuladores. Cada uno de nosotros puede convertirse en un discipulador eficaz por el resto de su vida, hasta que veamos a todos nuestros vecinos en todo el mundo que se convierten en ¡nuestros hermanos y hermanas en Cristo!

 

Autor: David S. Lim, Ph.D.

Traducido y adaptado: Eduardo Núñez Marcos.